lunes, 2 de noviembre de 2009

Flores frente al obelisco.

Los matutinos no dieron a conocer el incendio de un puesto de flores en los alrededores del Obelisco . Ningun diario reconoció la noticia pero Arsenio se quedó sin trabajo en Buenos Aires y a partir de ese día tuvo que alimentarse por largo tiempo con el café que bebía en las noches mientras vendia enciclopedias por telefono.

Vivía en un reducido apartamento de la Avenida Belgrano. Sin ventanas al exterior, sin vista a la calle. El edificio de bomberos que cubría todo el frente de su edificio era una utopia cuando las puertas del ascensor cerraban y comenzaba el triste ascenso al 5to piso. Arsenio vive solo. Buenos Aires lo ama del mismo modo que amó a Virgilio Piñera.

Su compañía se reduce a los textos de Marti, Borges, Cortazar, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Pablo Neruda y el Indio Nabori que le impulsan a aplicar a los puestos de maestro que aparecen en la prensa. Pero nadie quiere un maestro cubano de 45 años. Aunque todos reeconocen que quien mejor para hablar de literatura hispanoamericana que un ex-profesor un Instituto Pedagogico. Sin embargo un cubano bien puede ser otro comunista más.

Desde su llegada a la ciudad prometida, Arsenio vendio flores, confites y globos. Animo fiestas infantiles y canto en reuniones sociales. Anduvo días sin dinero en el bolsillo y con mucho frío. Nadie en Cuba supo de las calamidades que tuvo que sufrir en un pais ajeno. Y sin dinero para comprar el boleto de vuelta optó por quedarse más alla de los once meses mientras el titulo universitario iba descomponiendose por las polillas y la humedad.

Cada vez sus notas a los ex-compañeros del pedagogico son mas breves. Describe a Buenos Aires como aquel visitante anónimo que llego en 1995 y se ha propuesto no perder el aire de turista para no embargarlos con la nostalgia. La ciudad y sus gentes representan un mundo que, hasta ahora, no le ha dado el salvoconducto para colarse ni siquiera por una hendija. En las noches, cuando regresa extenuado, con poco dinero y menos vitalidad, escucha sus discos de Matamoros. "Mariposita de primavera..." y se duerme pegado a la pared. El stereo se apaga automaticamente para encender a las 5:00 AM. Entonces, Arsenio calza sus botas de hule para despachar pescado a los camiones repartidores. Y se marcha feliz, repitiendo los versos de Espronceda relacionados con el velero bergantin. Si retoma las estrofas de la Tula pierde todas las fuerzas para cargar el pescado congelado.

¡Perla del mar! ¡Estrella de occidente!
¡Hermosa Cuba! Tu brillante cielo
la noche cubre con su opaco velo,
como cubre el dolor mi triste frente.

1 comentario:

  1. Pues he descubierto su blog a través de su comentario en Lagarde y lo que leo aquí me da esperanzas sobre lo que escribirá. Así que lo animo a que desarrolle su idea; hará un gran bien a sus compatriotas si llegan a leerlo y a creerlo.
    Ya cuenta usted, pues, con un suscriptor en Google Reader.
    Un cordial saludo.

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