miércoles, 4 de noviembre de 2009

Capital de la paz azotada por armas civiles.

Terror sobre la ciudad

La peligrosa banda que asesinó a un oficial de la fuerza pública mientras cumplía su deber en la tarde de ayer martes 3 de noviembre, es la causante de, al menos, otra muerte mas en San José, capital de la pacífica Costa Rica.

La semana anterior una joven estudiante universitaria de apenas 20 años, fue ultimada de un balazo en la cabeza cuando caminaba tranquilamente por una de las calles del centro de la ciudad cabecera. Los delincuentes apuntaron a otro blanco pero la muchacha se interpuso, por accidente, en la linea de fuego de una AK-47. Lo cual quiere decir que cualquiera hubiera podido ser la víctima de esta nueva expresión de la ruleta rusa.

Espeluznante noticia que revela pinceladas de la cruda realidad que vivimos en muchos países latinoamericanos. La droga, la violencia y la corrupción ganan cada día más terreno mientras empujan a los ciudadanos a vivir enclaustrados en casas-celdas, rodeadas de alambre navaja, cercas electrificadas y circuitos cerrados de televisión. Las maras centroamericanas, los guerrilleros de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que nada tiene que ver con las Fuerzas Armadas Revolucionarias, de Cuba), la mafia jamaicana y el cartel de Sinaloa, por solo mencionar algunos flagelos, se han hecho tan familiares que conviven con nosotros en medio de la desesperación ciudadana y la impotencia oficial.

Hasta donde tengo entendido, Costa Rica, la Suiza centroamericana, no tiene ejército desde la década de los 40 del siglo pasado. Sin embargo, armas tan mortíferas como la temida AK-47, diseñada por el ingenio soviético, pululan lo mismo en los barrios ricos que en los más humildes de la pequeña nación itsmeña. Paradojas de la historia sudamericana: el país más pacífico de Latinoamerica cuenta tal vez, con la población mejor armada del continente, capaz de superar en potencia al armamento de los organismos policiales.

Cuba, es criticada agudamente por todos aquellos que se encuentran, a cada paso, con una pareja de policías, o se sienten atemorizados por la presencia del cuerpo de Inmigración y Extranjería que, uniformado de verde olivo da la bienvenida y despide a los turistas. En las calles circulan con frecuencia patrullas de la PNR (Policía Nacional Revolucionaria) y las fuerzas armadas cubanas son altamente competitivas, a tal punto de haber mantenido a raya, por mas de cinco décadas, al enemigo más feroz que patria latinoamericana haya conocido: el imperialismo yanqui.

El pueblo uniformado (cubano) utiliza las armas para defender el país de cualquier posible injerencia extranjera, pero el tableteo de las AK y las pistolas de combate no se escucha en las calles de la isla caribeña a no ser en los ejercicios simulados de los clásicos "Domingo de la Defensa".

Ninguna estudiante universitaria vera su vida tronchada por una bala perdida en La Habana ni en otras ciudaddes del interior del país. Ningún anciano, en el patio de su casa, recibirá por equivocación una esquirla en el abdomen como consecuencia de la respuesta enfurecida de los delincuentes contra la fuerza del orden. Ningún niño va a morir en su casa por una bala perdida como ya se va haciendo costumbre.

Tener ejercito no es óbice para la paz. Y aun teniéndolo, Cuba continua siendo uno de los países más pacíficos del continente y del mundo. Porque en la "Llave del Golfo" el filo de los aceros se emplea en esculpir y curar, mientras la balística continua siendo el ejercicio profesional para salvaguardar su propia paz.

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